sábado, 18 de julio de 2015

Mi imagen

En aquellos tiempos en que había que comprar un rollo cada vez que querías sacar fotos (hablo de las fotos familiares, yo sigo comprando rollos para hacer mis fotos), si querías tener alguna foto donde aparezcas, tenías que prestarle tu cámara a alguien para que la tome, porque, o bien era la única cámara disponible (a nadie se le ocurría llevar una cámara al cumpleaños de otro), o, en caso que alguien más tuviera (por ejemplo en vacaciones con amigos), era poco probable que luego le pidieras hacer copias de los negativos.

Cuando comenzamos a usar cámaras digitales, podíamos pedir que nos copien las fotos en un cd. Quizás por esta facilidad de intercambio fue que empecé a guardar todas los fotos donde yo apareciera, sin importar quién la hubiera tomado. Esto fue aún más fácil cuando pudimos compartirlas a través de internet, al principio por mail, luego a través de algún sitio donde alguien las subía para poder luego bajarlas.

Pero ahora que todos llevamos cámaras en todo momento, y podemos publicar las fotos inmediatamente en las redes sociales, la cantidad de imágenes donde aparecemos creció exponencialmente.

Por suerte ya no es necesario bajaras, porque entre etiquetas y buscadores, ahora es posible encontrar fotos de uno en las situaciones más insólitas...